La dieta afecta directamente a nuestra salud, y entre los alimentos más recomendados por los nutricionistas, el pescado azul ocupa un lugar especial. El salmón, en particular, se considera un auténtico superalimento gracias a su riqueza única de vitaminas, minerales y ácidos grasos.
La deficiencia de vitamina B12 puede causar debilidad, pérdida de peso e incluso depresión, ya que esta sustancia es vital para el sistema nervioso y la formación de glóbulos rojos. Nuestro cuerpo no almacena vitamina B12, por lo que debe obtenerse de los alimentos. Tan solo 85 gramos de salmón contienen aproximadamente 2,38 mcg de esta vitamina, lo que prácticamente cubre la ingesta diaria recomendada (2,4 mcg).
El salmón es una de las mejores fuentes de ácidos grasos omega-3, que ayudan a reducir los niveles de triglicéridos y a elevar el colesterol bueno. Estudios científicos demuestran que el consumo regular de este pescado reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
La inflamación crónica puede provocar enfermedades cardíacas y diabetes. Dos ácidos grasos omega-3 clave, el EPA y el DHA, tienen efectos antiinflamatorios y afectan positivamente a las membranas celulares, reduciendo el riesgo de complicaciones.
Estudios han demostrado que los nutrientes del salmón, desde la vitamina D y el magnesio hasta el selenio, pueden mejorar la función cognitiva. Las personas mayores de 65 años que consumieron pescado al menos una vez a la semana tuvieron mejores resultados en memoria y función cerebral que quienes lo consumieron con menos frecuencia.
Incluir salmón en tu dieta es una manera fácil de cuidar tu corazón, cerebro y sistema inmunitario. Los médicos recomiendan comer pescado al menos una vez a la semana para aportar al cuerpo ácidos grasos y vitaminas beneficiosos.