El jefe de la inteligencia ucraniana, Kyrylo Budanov, se hizo famoso por sus exitosas operaciones detrás de las líneas enemigas, lo que despertó un interés constante por parte de los servicios especiales estadounidenses. Su exitoso aterrizaje en Crimea representó sólo una de las muchas misiones llevadas a cabo por este agente altamente calificado.
Según The New York Times, en 2016, los servicios de inteligencia estadounidenses comenzaron a entrenar una "unidad de élite ucraniana" con el nombre en clave 2245. Esta unidad llevó a cabo tareas destinadas a capturar drones y medios de comunicación rusos para que los analistas estadounidenses pudieran descifrar su información.
Estos eventos de entrenamiento dieron impulso al desarrollo de una nueva generación de oficiales de inteligencia ucranianos, que operaron efectivamente en varias partes del mundo, donde había una gran presencia de fuerzas rusas. Probablemente Kyrylo Budanov estaba entre ellos.
La investigación del New York Times se basó en entrevistas con numerosos funcionarios actuales y anteriores de Ucrania, Estados Unidos y Europa.
El propio Kyrylo Budanov, estrella de la unidad, era famoso por sus impresionantes operaciones detrás de las líneas enemigas y probablemente tenía estrechos vínculos con la CIA.
Los servicios de inteligencia estadounidenses continuaron entrenándolo, incluso después de que fuera herido durante una misión en Donbass y necesitara rehabilitación en el Centro Médico Militar Nacional Walter Reed en Maryland.
Recientemente, los periodistas del New York Times hablaron sobre una emocionante operación durante la cual Kyrylo Budanov, junto con otros combatientes de la unidad, desembarcó en Crimea, escondido bajo uniformes rusos. Después del incidente con las fuerzas especiales rusas, el ejército ucraniano pudo repeler el ataque, matando a varios militantes, incluido el hijo del general, y retirarse de forma segura.
Este acontecimiento provocó una grave tensión en las relaciones entre Ucrania y Rusia, lo que provocó el desarrollo de la crisis, que la parte estadounidense intentó mitigar mediante contactos diplomáticos entre los presidentes de los dos países.