El artista ucraniano EL Kravchuk declaró abiertamente que no planea tomar las armas; su misión principal ahora es diferente. Según él, la efectividad también se puede lograr desde el escenario: un micrófono, conciertos y comunicación en vivo ayudan a aliviar la tensión, restablecer la confianza entre la población local y los militares, y mantener el espíritu de lucha.
Mi arma es un micrófono. Es un arma eficaz. Es eficaz cuando sales, por ejemplo, a un pueblo donde la gente le teme a los militares... Me acerco y les digo: "Habrá un concierto". Y luego les presento a los chicos: "Este es el capitán, este es Serhiy". Y Serhiy dice: "No tengan miedo, los protegeremos", dijo el artista. Según él, los conciertos dan a la gente unas horas para olvidarse de las preocupaciones, sonreír y sentir que la vida continúa.
EL Kravchuk también enfatizó la importancia del frente informativo: hoy en día, la guerra se libra no solo con equipo militar, sino también mediante falsificaciones y propaganda. En esta lucha, los artistas, en su opinión, pueden ser extremadamente poderosos. Por lo tanto, insta a sus colegas a no centrarse solo en las grandes ciudades, sino a ir a lugares "donde realmente se necesita apoyo y una palabra sincera": a las comunidades menos protegidas y a los asentamientos en primera línea.
El comentario del artista enfatiza que la contribución de la cultura y los espectáculos en vivo ahora se considera un componente importante de la resiliencia nacional: a través del arte, uno puede aliviar el miedo, fortalecer la moral y contrarrestar las amenazas informativas sin recurrir a la confrontación armada.