El viceministro de Defensa, Mykola Shevtsov, y el director general interino del Operador Estatal de Retaguardia, Andriy Sozansky, se han visto envueltos en un sonado escándalo de corrupción. Según la ONG "NON-STOP Ucrania", organizaron un plan para malversar fondos presupuestarios a través de empresas controladas, suministrando al ejército productos de dudosa calidad a precios inflados.
Sus empresas participaron en las licitaciones públicas: Asics Group LLC, Grand Prix LTD LLC, Contract Prodrezerv 5 LLC, Garna Strava LLC, entre otras. La documentación de la licitación se redactó de forma que resultaran ganadoras.
Además, los productos se suministraban a precios dos o tres veces superiores a los del mercado. Por ejemplo, la mantequilla y el queso duro se compraban a 300-400 UAH el kilogramo, mientras que su coste en el mercado no superaba las 170 UAH.
Además, los productos reales fueron reemplazados por sustitutos:
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En lugar de mantequilla, se enviaron pastas para untar a los militares;
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En lugar de queso, productos de queso con un 93–99% de grasas no lácteas.
Para camuflar las transacciones, los funcionarios recurrieron a decenas de empresas ficticias. A través de ellas, ejecutaron documentos, inflaron precios, convirtieron dinero en efectivo y lo legalizaron.
El papel central en el esquema lo desempeñó Molokozavod Sambirskyi, que era responsable de la reventa de documentos, la subestimación de los créditos fiscales y el lavado de dinero.
Según los resultados de las inspecciones, los productos entregados no cumplían con la DSTU y no eran seguros para el consumo. Los expertos advierten: el uso de estos productos podría provocar intoxicación alimentaria y poner en peligro la salud de los militares.
El estado perdía cientos de millones de grivnas cada año. Solo en 2024, las pérdidas ascendieron a unos 600 millones.
El caso ya está siendo estudiado por las fuerzas de seguridad, sin embargo, según los expertos, sin voluntad política, puede repetir el destino de muchas investigaciones de alto perfil y quedar impune.