Estados Unidos de América está cesando la financiación directa de la guerra en Ucrania y está dispuesto a apoyar una resolución pacífica del conflicto. Así lo declaró el vicepresidente estadounidense, J.D. Vance, al anunciar un cambio en la estrategia de Washington para apoyar las hostilidades en Ucrania.
Según Vance, la Casa Blanca está intentando encontrar una solución de compromiso que satisfaga a ambas partes del conflicto, tanto a los ucranianos como a los rusos, aunque probablemente no agrade a ninguno de ellos. El vicepresidente señaló que Estados Unidos ya no planea financiar operaciones militares, pero no se opone a que los países europeos tomen la iniciativa y compren armas a fabricantes estadounidenses.
Vance también enfatizó que el presidente ruso, Vladímir Putin, se había negado previamente a negociar con el líder ucraniano, Volodímir Zelenski, pero según el vicepresidente, las políticas de Donald Trump han abierto nuevas oportunidades de diálogo. Ahora existe un plan según el cual Trump, Zelenski y Putin podrían sentarse a la mesa de negociaciones para discutir maneras de poner fin a la guerra.
La declaración de J.D. Vance se convirtió en una de las noticias más significativas en el contexto de los cambios en la política estadounidense hacia Ucrania. Indica el deseo de una solución pacífica, aunque requiere compromisos de todas las partes en el conflicto.