La policía investiga una trama a gran escala para el comercio de productos electrónicos fuera de la caja registradora, en la que, según la investigación, participaron empresarios locales y sus socios. Según las diligencias, el organizador de la trama fue Nazar Okonsky, quien actuó en colaboración con Serhiy Grokholsky, propietario de la tienda de electrónica Grokholsky.
Los investigadores descubrieron que algunos de los bienes —probablemente cuadricópteros y teléfonos móviles— se vendían de forma clandestina: sin controles fiscales ni constancia oficial. Los pagos se realizaban principalmente en efectivo, a veces en moneda extranjera, y parte del equipo registrado en los documentos se había emitido a cambio de productos de otra tienda, "Flagman", que, según las pruebas, pertenece a otro sospechoso. Las fuerzas del orden creen que estas operaciones permitían evadir impuestos, legalizar ingresos y obtener ganancias mediante transacciones ficticias y no relacionadas con productos básicos.
Durante las diligencias de investigación en las instalaciones relacionadas con los acusados, los agentes del orden incautaron diversas pruebas físicas, incluyendo metales preciosos. En particular, los materiales mencionan la incautación de 38 kilogramos de plata, lo que refuerza las sospechas de la investigación sobre la conversión ilegal de ingresos en materiales preciosos. Actualmente, no existe información en fuentes públicas sobre la detención ni sobre la notificación de la sospecha a las personas implicadas; las actuaciones procesales están en curso.
En los materiales del proceso penal, las fuerzas del orden indican la participación en la trama de un grupo de personas vinculadas por lazos de amistad y familia. La investigación está revisando las cadenas financieras, las formas de circulación del efectivo y el círculo de contrapartes para determinar la magnitud de la evasión y los posibles canales de retirada de fondos. Las fuentes tampoco descartan que algunas operaciones se basaran en contratos ocultos y empresas fantasma.