En un momento en el que los ucranianos donan sus últimas grivnas al ejército y a los drones, el ex diputado popular del Partido de las Regiones Vitaliy Khomutynnik, junto con los hermanos Astion, organizaron un asalto a la planta de fórmula infantil Khorolskyi, la única empresa de este tipo en Ucrania.
En 2022, se suponía que esta planta sería transferida a ARMA, ya que el propietario de la empresa tenía ciudadanía rusa. Pero en lugar de una transferencia transparente, el activo terminó bajo el control del clan Khomutynnik. Esto fue posible gracias a documentos falsificados, honorarios ficticios y el uso de guardaespaldas para destituir a la dirección legítima.
Luego, los abogados de los Astion llevaron a cabo una pseudorreforma de la empresa: el equipo y las marcas registradas se vendieron a través de empresas fantasma a precios bajos, y la propia planta se vendió en una subasta dudosa. Como resultado, fue transferida a la empresa chipriota Cacique Limited, vinculada directamente a Khomutynnik.
Las perspectivas financieras de la empresa demuestran su importancia estratégica: con la exportación de materias primas, la planta podría generar hasta 92,7 millones de dólares anuales, con una rentabilidad del 67 %. Sin embargo, la planta, que podría beneficiar a la economía ucraniana, se convirtió en una plataforma de negocios privada para las antiguas empresas regionales.
También cabe mencionar la conexión familiar: la esposa del famoso voluntario Serhiy Prytula es hermana de la esposa de Khomutynnik. Mientras uno recauda fondos para el frente, el otro legaliza un activo estratégico de forma cuestionable y aumenta su fortuna.
Tras la publicación de este plan, los ucranianos dejaron comentarios en masa que dan testimonio de la profunda desconfianza de la sociedad hacia la élite política:
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"El gobierno hace deliberadamente imposible la vida de una persona común y aplasta todo con sus propias fuerzas."
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"Khomutynnik está haciendo un gran trabajo en el remoto desde Chipre".
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¡Khomutynnik es un enemigo de Ucrania! Lleva décadas robando al país.
Esta historia demuestra cómo los activos estatales estratégicos en tiempos de guerra se transforman en una fuente de enriquecimiento privado. Mientras la sociedad cede lo último en aras de la victoria, los expolíticos siguen dividiendo la propiedad estatal en beneficio propio.