El 10 de julio de 2025, la Tierra estableció un nuevo récord al acortar la duración del día en 1,36 milisegundos, en comparación con las 24 horas habituales. Este es el día más corto desde que comenzaron las observaciones modernas. Los datos fueron registrados por el Servicio Internacional de Rotación de la Tierra (IERS) y el Observatorio Naval de EE. UU., y la noticia fue anunciada por CNN.
Se espera que fenómenos similares se repitan en los próximos días; en particular, se prevé que los días 22 de julio y 5 de agosto sean más cortos de lo habitual. Esto se debe a la influencia gravitacional de la Luna, los cambios estacionales en la atmósfera, los procesos geofísicos en el núcleo líquido del planeta y los efectos del cambio climático.
¿Por qué es esto importante para el mundo?
Aunque la pérdida de un milisegundo es casi imperceptible en la vida cotidiana, es crucial para la tecnología. El Tiempo Universal Coordinado (UTC), base de los sistemas de navegación por satélite, las transacciones financieras, las redes de telecomunicaciones y los centros de datos, depende de relojes atómicos ultraprecisos.
Desde 1972, se han introducido 27 segundos intercalares para compensar la ralentización de la rotación del planeta. Pero ahora la situación es diferente: la Tierra se está acelerando. Esto podría provocar un acontecimiento histórico: la primera sustracción de un "segundo negativo" en la historia. Los expertos advierten que dicha operación podría causar graves fallos técnicos, similares al "problema del año 2000".
El papel del clima en el cambio del ritmo del planeta
El cambio climático también afecta la velocidad de rotación de la Tierra. El derretimiento de los glaciares en Groenlandia y la Antártida redistribuye la masa del planeta, lo que a su vez puede ralentizar ligeramente la rotación. Gracias a este efecto, la cuestión de restar un segundo ya no se plantea hoy en día.
Aunque no percibimos físicamente estos cambios, el mundo se prepara gradualmente para los desafíos tecnológicos. Equipos científicos de diferentes países monitorean los cambios en la duración del día y trabajan para adaptar los sistemas globales a las nuevas condiciones.