El gin tonic, una bebida con larga historia y gran prestigio cultural, ha vuelto a estar en el punto de mira después de que algunos nutricionistas afirmaran que podría tener beneficios para la salud en comparación con las bebidas alcohólicas. Si bien los médicos recalcan que no existe una cantidad de alcohol perfectamente segura, los expertos coinciden en que el gin tonic podría ser una opción menos perjudicial entre los licores fuertes.
Los orígenes de esta bebida se remontan al siglo XIX y a la India colonial, donde la Marina Real utilizaba tónica con quinina como tratamiento contra la malaria. Debido a su amargor, se mezclaba con azúcar, lima y ginebra, lo que posteriormente dio origen al cóctel clásico que aún hoy goza de popularidad.
Los nutricionistas destacan que la principal ventaja del gin tonic no reside en la quinina, como suele creerse, sino en su bajo contenido calórico y las propiedades de los licores transparentes. Una copa estándar de ginebra contiene unas 50 calorías, mientras que la tónica light aporta unas 30. Por lo tanto, una sola copa suele contener menos de 100 calorías, considerablemente menos que la cerveza o los cócteles dulces.
Los expertos señalan que las bebidas espirituosas transparentes se metabolizan más fácilmente y suponen un menor esfuerzo para el sistema digestivo. Además, el sabor amargo de los botánicos de la ginebra ralentiza la ingesta de alcohol, lo que también reduce el consumo total.
Sin embargo, los nutricionistas advierten: el mezclador juega un papel fundamental. Al mezclar ginebra con refrescos azucarados, la cantidad de azúcar y calorías aumenta drásticamente. Los mezcladores azucarados pueden elevar los niveles de glucosa en sangre, provocar antojos y fomentar el consumo excesivo de alimentos, lo que anula cualquier posible beneficio.
A pesar de la creencia generalizada de que la ginebra contiene antioxidantes, los expertos admiten que la concentración de sustancias beneficiosas de las bayas de enebro en la bebida final es mínima y no puede proporcionar un efecto significativo en la salud. Las tónicas modernas también contienen solo trazas de quinina, por lo que no tienen el supuesto efecto antipalúdico.
Según el NHS, el británico medio consume más de 17 unidades de alcohol a la semana. Los nutricionistas han calculado que sustituir esa cantidad de cerveza por un gin tonic podría, en teoría, reducir las calorías vacías en unas 900 semanales, lo que podría favorecer la pérdida de peso. Sin embargo, esto no significa que la bebida sea saludable.
Los expertos recalcan que la abstinencia total de alcohol es beneficiosa para la salud. Solo crea una falsa sensación de relajación, altera el funcionamiento de las hormonas serotonina y dopamina, aumenta los niveles de cortisol y empeora la calidad del sueño. Por lo tanto, las alternativas sin alcohol y la moderación siguen siendo las mejores opciones.
Los expertos aconsejan a quienes no pueden renunciar por completo al alcohol que opten conscientemente por opciones bajas en calorías, beban más despacio y alternen el alcohol con agua. Todas las demás estrategias a largo plazo son solo un compromiso entre el deseo y la realidad, pero no el camino hacia la salud.

