El ejército ruso intenta tomar la iniciativa en el frente, utilizando la niebla y la lluvia contra Ucrania. Analistas del Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) afirman que los ocupantes atacan deliberadamente el punto débil de la defensa ucraniana: su dependencia de los drones, cuyo funcionamiento se ve comprometido por la escasa visibilidad.
ISW centra su atención en la zona cercana a Novopavlivka, donde los rusos lanzaron un ataque el 14 de noviembre tras un período de relativa calma en la región. Imágenes de geolocalización muestran a las fuerzas ucranianas atacando vehículos blindados rusos al noreste del pueblo, pero al mismo tiempo, oficiales militares rusos se jactan de que las unidades de asalto lograron cruzar un puente flotante dos veces, aprovechando la densa niebla.
Según ISW, los ocupantes han estado utilizando sistemáticamente la niebla para lanzar ataques a lo largo de todo el frente, especialmente en las direcciones de Pokrovsk, Velykymykhailivka y Hulyaipol. Cuando los sistemas de reconocimiento aéreo ucranianos —drones de ataque y reconocimiento— no pueden detectar los objetivos, los rusos intentan avanzar con grupos de asalto, vehículos blindados e infantería motorizada en distancias cortas.
Otros análisis también señalan que, desde hace varios días, la densa niebla cerca de Pokrovsk facilita la infiltración de unidades rusas en las defensas ucranianas, ya que los drones son cada vez menos efectivos y la vigilancia aérea se vuelve más difícil.
El "Muro de Drones" y sus puntos débiles
ISW recuerda que Ucrania se ha visto obligada a construir una defensa basada en drones, en gran medida por necesidad. El "muro de drones" consiste en un despliegue masivo de vehículos aéreos no tripulados de ataque táctico y municiones merodeadoras que están consumiendo personal y equipo rusos a lo largo de un frente de más de 1200 kilómetros, compensando la escasez de infantería y armamento pesado.
Este enfoque ha permitido a las Fuerzas Armadas ucranianas disuadir a grupos rusos más numerosos y mejor equipados. Sin embargo, ha demostrado ser vulnerable precisamente en condiciones donde los drones no pueden operar correctamente, debido a la niebla, la lluvia, la baja nubosidad, la formación de hielo o los fuertes vientos. Según los analistas, la escasez de posiciones defensivas ucranianas, que no siempre están debidamente fortificadas, así como la falta de artillería y otros sistemas convencionales, dificultan las operaciones de las Fuerzas Armadas ucranianas cuando los drones quedan temporalmente sin cobertura.
Lo que ofrece ISW: un retorno a los "clásicos" de la guerra.
El informe subraya que la solución no es abandonar los drones, sino construir una defensa multicapa, donde los drones son solo un elemento, no la única herramienta clave.
Los analistas destacan:
– Ucrania necesita un suministro mucho mayor de sistemas de armas tradicionales, principalmente artillería, munición para la misma, así como tanques, vehículos blindados y sistemas de defensa aérea;
– solo con una cantidad suficiente de daño por fuego “clásico” podrá el ejército ucraniano cerrar las brechas que surgen cuando el clima anula la ventaja de los drones;
– la guerra demuestra que ningún tipo de arma por sí sola puede ser una “varita mágica” – depender únicamente de los vehículos aéreos no tripulados (VANT) hace vulnerable la defensa, y los sistemas de armas tradicionales “definitivamente no se han convertido en un anacronismo”.
De hecho, ISW advierte a Occidente: si Ucrania no recibe suficiente artillería y munición, los rusos seguirán buscando “ventanas meteorológicas” —días en que los drones son menos efectivos— e intentarán romper las defensas con asaltos mecanizados locales, como ocurrió cerca de Novopavlivka.

