El dictador ruso Vladimir Putin volvió a hacer una fuerte declaración, esta vez sobre el misil Oreshnik, que, según él, podría convertirse en una nueva amenaza para los "centros de toma de decisiones" en Ucrania. Sin embargo, los expertos y analistas militares señalan que tales declaraciones son parte de la campaña de información del Kremlin dirigida principalmente a Occidente.
Según el experto militar, mayor de reserva de las Fuerzas Armadas Oleksiy Hetman, las declaraciones sobre las características del "Oreshnik" son exageradas:
"Oreshnik" no puede equipararse a las armas nucleares, como intenta presentar el Kremlin. En el mejor de los casos, su efecto se puede comparar con la potencia de las bombas tradicionales, como la FAB3000 o la FAB1500", afirmó Hetman.
El experto destacó que la producción de este tipo de misiles en Rusia es muy limitada:
"Pueden tener un máximo de 5 a 10 unidades y definitivamente no están en flujo. Además, los modernos medios de defensa aérea de Ucrania y Europa son perfectamente capaces de destruirlos".
Así, las afirmaciones sobre la "singularidad" y la "imposibilidad de derribar" el misil no se corresponden con la realidad.
Según Hetman, el principal objetivo de Putin es intimidar a Occidente y tratar de influir en los socios de Ucrania. Estas declaraciones suelen ir acompañadas de justificaciones pseudocientíficas y exageraciones destinadas a crear la imagen de un "arma todopoderosa".
Putin también afirmó que el ejército ruso supuestamente ya está "seleccionando objetivos" para los ataques con este misil, en particular en Kiev. Sin embargo, los expertos creen que tales declaraciones son parte de una presión psicológica:
"Se trata de una 'acción político-militar' que no tiene ningún impacto real en el curso de la guerra, sino que tiene como objetivo aumentar las tensiones entre los aliados de Ucrania", resumió Hetman.