El 28 de noviembre Ucrania sufrió otro ataque masivo por parte de los invasores rusos. Los objetos de la infraestructura energética fueron nuevamente atacados, lo que profundizó aún más la crisis en el sector energético del país.
Según el director ejecutivo de la organización no gubernamental "Instituto de Desarrollo Sostenible de Ucrania", incluso antes de la última ola de bombardeos, más del 40% de la capacidad de generación de Ucrania había sido destruida o capturada. Estos datos los proporciona el diario The New York Times .
Las pérdidas de energía afectan no sólo al suministro de luz a los hogares ucranianos, sino también al funcionamiento de infraestructuras críticas que requieren un suministro estable de electricidad.
Oleksandr Kharchenko, director del Centro de Investigación Energética, señaló que se necesitarán años para restaurar la capacidad energética de Ucrania.
"Nos vemos obligados a afirmar que en un futuro próximo tendremos una capacidad de generación limitada durante al menos tres o cuatro años, hasta que construyamos otras nuevas", dijo Kharchenko.
Según la Fuerza Aérea de las Fuerzas Armadas de Ucrania, las tropas rusas lanzaron 188 armas de ataque aéreo, incluidas decenas de drones y misiles de diversos tipos. La destrucción a gran escala provocó cortes de energía de emergencia en muchas regiones del país.
Las palabras del presidente estadounidense Joe Biden llamaron especialmente la atención de la comunidad mundial, que calificó el bombardeo de "terrible" y aseguró que Estados Unidos apoya a Ucrania.