En la región de Ternopil, los agentes del orden descubrieron un esquema de corrupción a gran escala en uno de los centros territoriales de reclutamiento y apoyo social (CCT). Según la Policía Nacional, los empleados de este centro ganaban hasta 150.000 dólares mensuales en sobornos por evadir la movilización y la liberación de militares en activo.
La Policía Nacional dijo que cada servicio fue evaluado de manera diferente. El monto varió de 1 a 15 mil dólares. Por actualizar los datos militares con la inserción del código de barras correspondiente en la tarjeta temporal de un recluta, así como con la perspectiva de evitar la movilización: 2.000 dólares.
Influir en los miembros del LKK para su baja del servicio militar, así como para ayudarlos en el traslado de unidades de combate a la retaguardia con la perspectiva de una mayor liberación de las tropas, costó entre 5.000 y 15.000 dólares.
Al mismo tiempo, a quienes tenían motivos legales para el aplazamiento no se les dio y fueron movilizados por la fuerza para aumentar el indicador de eficiencia laboral. Y luego exigieron dinero para su liberación.