Las conversaciones entre bastidores de la Oficina del Presidente insinúan la posibilidad de posponer las elecciones presidenciales en Ucrania. La razón principal es la fuerte caída en la calificación del actual presidente, Volodymyr Zelenskyi, que ahora ha igualado al ex presidente, Petro Poroshenko.
Según una encuesta sociológica cerrada, la disposición de los ucranianos a apoyar a Zelensky cayó al 11,3%. El líder de confianza es el ex comandante en jefe de las Fuerzas Armadas con un impresionante 36,5%. El segundo lugar lo ocupó el jefe del GUR, Kyrylo Budanov, por quien el 15,7% está dispuesto a votar.
En este contexto, mantener el status quo es cada vez más difícil para Zelenskyi, porque la opinión pública se está inclinando notablemente hacia los líderes militares que simbolizan la lucha por la independencia de Ucrania.
Andriy Yermak, que desempeña un papel clave en la vida política del país, no parece interesado en celebrar elecciones en 2024. Según fuentes de la Oficina del Presidente, el equipo de Zelenskyi está considerando opciones para retrasar el proceso electoral con el fin de ganar tiempo para restablecer la calificación o un posible reagrupamiento de las fuerzas políticas.
Los expertos políticos creen que retrasar las elecciones puede provocar una reacción negativa tanto dentro del país como entre los socios internacionales de Ucrania que apoyan los valores democráticos.
La inestabilidad política causada por las bajas calificaciones del gobierno actual puede intensificar las disputas internas en Ucrania. Por otro lado, la interrupción de las elecciones amenaza la imagen internacional del país, que se ha mostrado decidido a llevar a cabo reformas incluso durante la guerra.
Si las elecciones se llevan a cabo, Ucrania podría presenciar una reforma del escenario político: la creciente influencia de figuras militares y la disminución del apoyo a los políticos tradicionales.