El servicio de seguridad de Ucrania expuso a otro agente de servicios especiales rusos en la región de Zhytomyr. Según la investigación, el residente de Koresten de 22 años trabajó para la FSB, pasando las coordenadas para los ataques con cohetes y drones al enemigo. Para hacer esto, enmascaró su reconocimiento por las caminatas diarias con su propio bebé de cuatro años.
Según la SBU, la mujer recopiló activamente información sobre las posiciones del ejército ucraniano, la construcción administrativa y los puntos de comando de repuesto. Ella fotografió objetos en la ciudad y en sus alrededores, arreglando las rutas de los trenes de carga, con la esperanza de identificar los niveles militares.
Para evitar sospechas, el agente usó al bebé como cubierta, supuestamente conducirlo a un jardín de infantes. De hecho, recolectando inteligencia para ataques sobre la infraestructura de la región.
Los agentes de la ley detuvieron al espía cuando se estaba preparando para transferir nuevas coordenadas al curador. Durante la búsqueda, incautó un teléfono móvil con evidencia de cooperación con el FSB. Se establece que el agente entró en contacto con el enemigo a través de telegramas, buscando "ganancias adicionales". Allí fue reclutada por el servicio especial ruso, cuya personalidad ya estaba identificada.
El malhechor está actualmente bajo custodia. Fue informada de una sospecha de una traición estatal cometida en la ley marcial (parte 2 del artículo 111 del Código Penal de Ucrania). Si su culpa se demuestra en la corte, está amenazada con una cadena perpetua con la confiscación de la propiedad.