Mucha gente piensa que dormir con calcetines es sólo para los meses fríos de invierno, pero, de hecho, esta simple prenda puede mejorar significativamente la calidad del sueño incluso cuando la habitación está cálida.
Cuando los pies se mantienen calientes, los vasos sanguíneos se dilatan y la circulación sanguínea se vuelve más uniforme. El cerebro recibe la señal de que el cuerpo está listo para descansar y el proceso de conciliar el sueño se acelera. Esto es una especie de "desencadenante natural" para el cuerpo. Los estudios demuestran que las personas que usan calcetines se duermen, en promedio, entre 10 y 15 minutos más rápido que quienes andan descalzos.
Los pies calientes ayudan a evitar microdespertares nocturnos. Incluso sin pasar frío, el cuerpo gasta menos energía para mantener una temperatura estable, lo que significa que el sueño se mantiene ininterrumpido. Esto se nota especialmente en otoño, cuando los días aún son cálidos pero las noches ya son frescas.
Lo mejor es elegir calcetines de materiales naturales: algodón o lana fina. Transpiran y no se calientan demasiado. Es importante que el elástico no apriete, no deje marcas ni comprima los vasos sanguíneos. Un par para dormir debe ser de una talla cómoda, ni demasiado apretado ni demasiado suelto. Es higiénico tener un par aparte solo para la noche.
Dormir con calcetines es especialmente beneficioso en las noches frescas de otoño e invierno, para personas con problemas de circulación, para aquellas que tienen dificultad para conciliar el sueño y para quienes padecen el síndrome de “pies fríos”.
Usar calcetines antes de acostarse puede parecer algo pequeño, pero en la práctica, este truco puede mejorar tu sueño: te quedarás dormido más rápido, tendrás una noche más reparadora y te despertarás renovado.