Los problemas de libido suelen tener causas simples y obvias (estrés, fatiga, mala alimentación o fluctuaciones hormonales). Los expertos recomiendan empezar a recuperar el deseo sexual con pasos básicos y seguros. A continuación, cinco recomendaciones prácticas que te ayudarán a recuperar la energía de forma natural.
Primero, presta atención a tu dieta. Una dieta rica en alimentos que mejoran la circulación sanguínea y favorecen los niveles hormonales (aguacate, frutos secos, semillas, mariscos, carne roja con moderación, chocolate negro) puede influir positivamente en la libido. Conviene evitar el exceso de azúcar y los alimentos altamente procesados, que reducen la energía y el estado de ánimo.
En segundo lugar, el movimiento y la actividad física. El entrenamiento cardiovascular regular, el entrenamiento de fuerza y los complejos de flexibilidad (yoga, pilates) mejoran la circulación sanguínea, mejoran el tono muscular y el estado de ánimo, y también estimulan la producción de hormonas que promueven el deseo sexual. Incluso 20 a 40 minutos de ejercicio moderado varias veces a la semana tienen un efecto notable.
En tercer lugar, controle el estrés. El estrés crónico aumenta los niveles de cortisol y suprime la libido. Prácticas sencillas (ejercicios de respiración, meditación, caminar al aire libre o tomar descansos cortos durante la jornada laboral) pueden ayudar a reducir la tensión y recuperar el deseo.
El cuarto factor importante es la calidad del sueño. Se recomienda que los adultos duerman de 7 a 9 horas al día: durante el sueño, se restablece el equilibrio hormonal, aumentan los niveles de energía y se reponen los recursos del cuerpo. La falta de sueño afecta directamente la disminución de la testosterona y la resistencia general.
El quinto aspecto son los micronutrientes y los suplementos. Las vitaminas del complejo B, el zinc, el magnesio y la L-arginina pueden ayudar a mejorar la energía y la circulación. Sin embargo, antes de tomar cualquier suplemento, consulte con su médico, especialmente si padece una enfermedad crónica o está tomando medicamentos.
Un enfoque integral ofrece los mejores resultados: la nutrición, el ejercicio regular, el sueño adecuado y el manejo del estrés, en conjunto, restauran la base física y emocional de la libido. Si el problema no desaparece tras cambios en el estilo de vida, o si se observa una disminución significativa del deseo, debe consultar con un médico de cabecera, un endocrinólogo o un sexólogo para que le examine y le dé recomendaciones personalizadas.